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martes, 23 de enero de 2018

23 de Enero de 1958; derrocamiento al gobierno de Marcos Pérez Jiménez

Este martes 23 de Enero, se cumple un año más del derrocamiento que puso fin a un gobierno personalista y dictatorial como lo fue el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, quien gobernara nuestro país entre los años 1952 y 1958.
Aquel 1958 se inició con un movimiento cívico-militar encabezado por un grupo de oficiales, liderados por el coronel (Ej) Hugo Trejo, quien se alza en Maracay con el apoyo de la Fuerza Aérea, fracasando en su intento de dar fin con la dictadura, pero el descontento de una Venezuela reprimida por la gestión dictatorial de Pérez Jiménez se manifiesta, desencadenando una ola de protestas durante 22 días,

El General realizó un plebiscito considerado fraudulento para hacerse del poder por encima del derecho a elegir de los venezolanos, que le atribuía la Constitución impulsada por el mismo Pérez Jiménez. El dictador negó al Congreso la posibilidad de convocar a elecciones presidenciales, que debían celebrarse en 1957. 
Ese plebiscito se consideraba ilegal porque no estaba estipulado en la Constitución, sólo eran válidas las elecciones generales.
Partidos políticos, entre ellos el Partido Comunista de Venezuela (PCV), convocan una huelga general el día 21 en solidaridad con los oficiales detenidos durante el alzamiento militar, lo cual obliga al general Marco Pérez Jiménez a abandonar el poder el 23 de enero y toma el poder una junta militar presidida por el contralmirante Wolfang Larrazabal e integrada por los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate.
Al amanecer del día 23 del 58, los venezolanos celebran la caída de Pérez Jiménez, a la vez que protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Casanova y Romero Villate, reconocidos miembros del perejimenismo; quienes finalmente fueron obligados a renunciar y reemplazados el día 24 de enero, por dos representantes del gremio empresarial y oligárquico venezolano como son Eugenio Mendoza y Blas Lamberti.
Posteriormente, se amplía el abanico político de la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en su presidencia al periodista Fabricio Ojeda, quien renunciaría más tarde por considerar que los objetivos democráticos señalados habían sido confiscados a favor de los intereses dominantes de la oligarquía venezolana en detrimento de los derechos del pueblo.

Marcos Evangelista Pérez Jiménez fue bautizado así por sus padres, Juan Pérez Bustamante y Adela Jiménez. Inició su carrera militar en 1931, al ingresar a la Academia Militar de Venezuela, egresando como Subteniente en 1933 con las más altas calificaciones en toda la historia de dicha Academia, ya que no ha sido superado.
Luego en 1941 realiza cursos de especialización en la Escuela Militar de Chorrillos, en Lima, Perú, junto al que fuera Ministro de Fomento y Obras Públicas el General de División José del Carmen Cabrejo Mejía durante el gobierno militar del General Manuel A. Odria, siendo ascendido a capitán a su regreso.
Figura públicamente por primera vez al participar en el derrocamiento del gobierno del General Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945. Tres años más tarde, tras un período regido por una Junta Cívico Militar, es elegido Presidente el escritor Rómulo Gallegos, posteriormente derrocado el 24 de noviembre de 1948 por un movimiento liderado por Pérez Jiménez.
Integró la Junta Militar, presidida por Carlos Delgado Chalbaud junto a Luis Llovera Páez. Gallegos parte al exilio; la Junta Militar disolvió al partido Acción Democrática y a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). El 13 de noviembre de 1950, Delgado Chalbaud es asesinado en Caracas,4 tomando así la presidencia Germán Suárez Flamerich, que se desempeñaba como embajador de Venezuela en Perú. Suárez Flamerich salió al exilio cuando el Alto Mando Militar transfirió los poderes de la Junta de Gobierno liderada por Marcos Pérez Jiménez, a raíz de los resultados de las elecciones del 29 de noviembre de 1952.

El gobierno de Marcos Pérez Jiménez se caracterizó por un marcado progreso económico y social. Con el aumento de producción y precios del petróleo, este último gracias a conflictos como la Guerra de Corea (Elevándose hasta 2 dólares el barril, el cual era un precio alto para la época). Caracterizado también por una ambiciosa política en infraestructura, la cual se pudo ejecutar a la perfección, y dio como resultado obras públicas de gran envergadura como las Torres del Centro Simón Bolívar, la Autopista Caracas - La Guaira y el Paseo Los Próceres entre otras.
No pasan desapercibidos, sus avances en el ámbito militar, que incluyeron la definitiva profesionalización de las Fuerzas Armadas, el aumento y modernización de los equipamientos. En lo concerniente a política de interior, el país experimentó un estado de orden y altos estándares en seguridad. Como aspecto negativo, destacó su carácter altamente represivo, la aprobación de la Ley de vagos y maleantes y la represión de organismos como la Seguridad Nacional, amparados por dicha ley.
Este período de supremacía terminó el 23 de enero de 1958, ocasión en la que es depuesto por un golpe de estado, perpetrado por sectores descontentos dentro de las Fuerzas Armadas de Venezuela, que trajo como resultado su salida del territorio nacional, rumbo a República Dominicana, tras lo cual se asentó en España, bajo la protección del régimen franquista.
Posteriormente con el partido de derecha Cruzada Cívica Nacionalista, fue electo Senador en 1968, cargo del cual fue inhabilitado a raíz de la primera enmienda llevada a cabo a la constitución de 1961 por los partidos Acción Democrática y COPEI, tras lo cual se retira definitivamente de la vida política nacional.

El período de Pérez Jiménez en el poder, es recordado históricamente, como un gobierno de arraigo nacionalista, basado en un pragmatismo ideológico que identificaba la esencia de su gobierno, además de enunciar la «Doctrina del Bien Nacional», esto expresado en el «Nuevo Ideal Nacional» que sería el faro filosófico para orientar las acciones de su gobierno. Promovió la inmigración de capitales y personas extranjeras, principalmente comunidades europeas como la española, italiana y portuguesa. También impulsó un vasto y ambicioso programa de infraestructura, basado en la política del concreto armado, con la construcción de edificaciones, grandes y modernas carreteras que unían y renovaban los lazos entre estados y ciudades del país, puentes y demás obras de gran envergadura con las que modernizó al país, bajo una férrea dictadura militar.